martes, 4 de agosto de 2015

EL DARWINISMO SEGÚN WALLACE: LA LUCHA POR LA EXISTENCIA (VISIONES DE HUXLEY Y DE WALLACE)

 30 años depués de la publicación de El Origen de las Especies, por Darwin, el otro autor de la teoría de la selección natural, escribió un libro para explicar dicha teoría, a la que él, en un gesto de generosidad intelectual, llamó Darwinismo.
Este libro, que se puede leer en inglés en la web del proyecto Gutenberg, consta de los siguientes capítulos:
1. Qué es una especie y qué se entiende por su origen.
2. La lucha por la existencia.
3. Variabilidad de las especies en el estado natural.
4. Variación en los animales domesticados y en las plantas cultivadas.
5.Selección natural por variación y supervivencia del más apto.
6. Dificultades y objeciones.
7. Sobre la infertilidad de los cruces interespecíficos y la usual esterilidad de su descendencia híbrida.
8. Origen y usos del color en los animales.
9. Coloración de aviso y mimetismo.
10. Colores y ornamentos sexuales.
11. Colores especiales de las plantas: su origen y propósito.
12. Distribución geográfica de los organismos.
13. Evidencias geológicas de la evolución.
14. El problema fundamental en relación a la variación y a la herencia.
15. Darwinismo aplicado al hombre.

Especialmente interesantes son los capítulos 2, donde acaba discutiendo los aspecto éticos de la lucha por la supervivencia (aquí veremos las diferencias entre Huxley, Wallace y Kropotkin), el 9, ya que en su viaje al amazonas junto a Bates, éste descubrió el mimetismo conocido hoy como batesiano, el 12, pues se considera a Wallace el padre de la biogeografía, el 14, donde Wallace rechaza la herencia de los caracteres adquiridos lamarckista (algo que Darwin no descartaba), por lo que el psicólogo inglés Romanes llamó a Wallace neodarwinista (siendo el neodarwinista más famoso de la época Weissman con su teoría del plasma germinal, de la que Wallace habla en este capítulo) y el 15, donde aplica la teoría darwinista al caso humano, sin por ello caer en el darwinismo social, al contrario que Huxley. Hay que resaltar que el punto más flaco del darwinismo clásico era el problema de la herencia de los caracteres más aptos, algo que ni 30 años después de la publicación de la primera edición de El Origen de las Especies tenía solución. Ésta no pudo venir hasta 1900, con el redescubrimiento de las Leyes de Mendel y la formulación de la Teoría Sintética de la Evolución, por el genetista ruso Dobzhansky (que nació dicho año) y otros.

A continuación traduzco parte del apartado "Aspectos éticos de la lucha por la existencia", para contrastar el punto de vista de Wallace, demasiado centrado en dicha lucha para Kropotkin, pero crítico con el darwinismo radical de Huxley:
"... Ahora que la guerra en la naturaleza es mejor conocida, ha sido abordada por numerosos escritores como una presentación tan vasta de crueldad y dolor como para revoltar nuestros instintos de humanidad, mientras que ha probado ser un obtáculo en el camino de todos aquellos a los que les hubiera gustado creer en un director sabio y benevolente del universo. Así, un brillante escritor dice:
dolor, pena, enfermedad y muerte, son estas las invenciones d eun Dios amoroso? es la ley del Creador que un animal no encontará la excelencia excepto siendo fatal a la vida de los otros?  No vale decir que el dolor tiene su benevolencia, que la masacre su piedad. El dolor no lo es menos porque sea útil, el asesinato no lo es menos porque conduzca al desarrollo, aquí la mano ensangrentada permanece y ni todos los perfumes de Arabia podrían disminuir su fedor.
Incluso un escritor tan reflexivo como el Profesor Huxley adopta similares puntos de vista: en un reciente artículo sobre la Lucha por la Existencia, habla de miríadas de generaciones de herbívoros que han sido atormentados y devorados por los carnívoros, todos sometidos a las miserias de la edad, la enfermedad y la superpoblación y al más o menos permanente sufrimiento, que es la esencia, de ambos, vencedores y vencidos. Concluye que si nuestros oídos fueran suficientemente sensibles, oiríamos miles de gritos y alaridos de dolor, como los oídos por Dante en las puertas del infierno, el mundo no puede ser gobernado por lo que llamamos benevolencia.
Hay, sin embargo, creo, buenas razones para creer que todo esto está exagerado, que los supeuestos tormentos y miserias de los animales no tienen base real". Aquí Wallace, expone numerosos ejemplos de cómo el ser humano piensa que el animal sufre, por comparación con los propios sufrimientos humanos. Los argumentos de Wallace aquí serían blanco de foribundos atauqes por los animalistas y defensores de los derechos de los animales de hoy, pues según él, los animales no sufren cuando son muertos (no sufrirían en el matadero, por ejemplo).

Recordemos que el artículo de T. H. Huxley al que alude Wallace fue el que llevó al naturalista ruso Kropotkin a escribir el libro "La ayuda mutua".  El prólogo de este libro fue escrito en 1955 por el antropólogo Israel Ehrenberg, negacionista del concepto de raza, más conocido por el pseudónimo que adoptó (tomando un apellido arsitocrático medieval), Ashley Montagu. En él hace un resumen de las ideas evolucionistas, comenzando por Lamarck y su Filosofía Zoológica (1809), con sus ideas teleológicas de un impulso intrínseco, creando nuevos órganos y transmitiéndolos a la descendencia, a las que en 1812, Cuvier oponía en su Discurso sobre las revoluciones del globo, la teoría catastrofista (catástrofes geológicas y sucesivas creaciones). Tales ideas encontaron apoyo indirecto en los Principios de Geología (1830-33) de Lyell. Aquí, Ehrenberg, adopta un punto de vista hoy obsoleto, por no decir sesgado, diciendo que "Lyell demostró la falsedad del catastrofismo de Cuvier". Actualmente la Teoría del Equilibrio Puntuado de su correligionario Stephen J. Gould adopta puntos de vista neocatastrofistas. La ley general de lo simple a lo complejo sirve de base a la filosofía sintética de Herbert Spencer (de él y del otro padre del darwinismo social, T.H. Huxley, que no hay que confundir con su nieto, Julian Huxley, eugenista y uno de los autores de la Teoría Sintética de la Evolución, nos ocuparemos en una próxima entrada en el blog).
A continuación Ehrenberg nos aclara las principales diferencias entre Lamarck y Darwin:
1. Lamarck no aportó apenas pruebas a su hipótesis (era más Filosofía que Ciencia). Darwin, por el contrario, acumuló un gran número de pruebas de la suya.
2. Lamarck partió de una química precientífica. Darwin se puso al día con la química iniciada por Lavoisier (aquí dice la traducción al español que "ignoró la genética fundada por Mendel", realmente debía decir que "ignoraba", pues no es que la despreciara, es que la teoría de Mendel no transcendió un pequeño círculo científico de habla alemana hasta 1900).
3. Lamarck consideró la evolución como un proceso teleológico, finalista, lineal. La teoría de Darwin es mecanicista, desechando toda teleología.
Darwin recibió una herencia intelectual muy anglosajona, comenzando por su abuelo Erasmus, y siguiendo por el geólogo Lyell, el economista Adam Smith, padre del liberalismo y del demógrafo Malthus, así como del filósofo francés Auguste Comte, padre del positivismo. Publicó en 1859 El Origen de las especies, y en 1871 La Descendencia del Hombre. La selección de los más aptos (que el filósofo de la ciencia austríaco Karl Popper, padre del falsacionismo, considera una tautología, lleva implícita la lucha por la vida. Para Spencer, "la lucha por la vida y la supervivencia del más apto (expresión usada por él desde 1852), representan no solamente el mecanismo por el cual la vida se transforma y evoluciona, sino también la única vía de todo progreso humano, sentando así las bases del darwinismo social, cuyos dos hijos, el feroz capitalismo manchesteriano y el ignominioso racismo fueron tal vez más lejos de lo que aquel pacífico burgués podía imaginar".
Dice Ehrenberg que Kropotkin, para refutar a Huxley y al darwinismo social, podía haber seguido los pasos de Wallace "quien pone el cerebro del hombre al margen de la evolución...Wallace hacía un lugar aparte para la vida moral e intelectual del ser humano, sosteniendo que desde el momento que éste descubrió el fuego, entró ene l campo de la cultura y dejó de ser afectado por la selección natural. De este modo, Walace, mucho más que Darwin o Spencer, se sustrajo al prejuicio racial, pero Kropotkin, firme en su materialismo, no podía seguir a Wallace, quien no dudaba en postular la intervención de Dios para explicar las caracter´ticas del cerebro y la superioridad moral e intelectual del hombre". Hay que tener en cuenta que Wallace era espiritista, en la tradición kardeciana (el primer libro de Alan Kardec sobre el espiritismo, El libro de los espíritus, se publicó dos años antes que el Origen de las especies y el segundo Qué es el espiritismo?, el mismo año, 1859)..
Por último, Ehrenber dice que Kropotkin, como anarquista que era, no podía concordar con las conclusiones de Huxley en las que veía un cómodo fundamento para la economía del "laissez faire" capitalista y para las teorías racistas de Gobineau, cuyo ensayo sobre la desigualdad de las razas Humanas fue publicado en 1855, para el malthusianismo y para las teorías individualistas de Nietzsche (sobre Niettzsche y darwinismo publicaremos una próxima entrada).

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