viernes, 29 de junio de 2018

LA CIENCIA DE LA EVOLUCIÓN HUMANA Y LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

Me ha llegado el último número de la revista de la AEPECT, y me encuentro con un artículo de dos profesoras sobre la visión androcéntrica de la evolución humana (aun no está en la web de la asociación).
El artículo es interesante, hace reflexionar, pero, desde nuestra opinión, se suma a la moda de lo políticamente correcto, concretamente a la ideología de género, forzando la realidad, tanto en la evolución humana (donde deja caer que las mujeres primitivas también eras cazadoras y no sólo recolectoras) como en la ciencia, donde se suma a la corriente que dice que las mujeres han contribuido, al mismo nivel que los hombres, en el avance de la ciencia (lo cual es incongruente con el hecho, denunciado por las feministas, de que las mujeres siempre han estado marginadas).

Resultado de imagen de evolución del ser humano
Como se ve en esta imagen, parte de razón tienen las autoras del artículo. Al teclear en google imágenes "evolución del ser humano" todas las imágenes que salen son como esta. Acaban, como producto final superior, en un hombre (macho) blanco (androcentrismo y eurocentrismo en una misma imagen). Al teclear en el mismo buscador "evolución de los africanos" no encontramos ninguna imagen similar.
Al buscar "evolución de la mujer" nos encontramos con alguna imagen, pero muy pocas .


Sí, es cierto, que la Ciencia occidental la han hecho principalmente hombres blancos, que han prestado poca atención a la mujer o a la diversidad genética humana, comenzando por Aristóteles y terminando con Darwin, del que se exponen comentarios machistas en el referido artículo, pasando por la escolástica y por el defensor de Darwin, Haeckel, y todos los darwinistas sociales.

Sin embargo, el cuestionamiento de los roles en los grupos humanos primitivos es bastante discutible. Habría que investigar más en primatología, pero la mayor parte de estudios etnográficos y antropológicos muestran que los cazadores primitivos son casi siempre hombres:

Resultado de imagen de cazadores papua Cazadores-guerreros de Papúa.

Resultado de imagen de yanomami
Cazador yanomami

 Igual ocurre con los cazadores bosquimanos del Kalahari o con los cazadores pigmeos de las selvas centroafricanas.

Por otra parte, dicen que en la serie, que se puede encontrar en youtube, "La Odisea de la Especie", cuya versión española fue supervisada por Arsuaga, se presenta a una Lucy (Australopithecus afarensis) sumisa y seductora, y a unas hembras Homo con papeles poco activos en la evolución cultural humana. Por otro lado, critican que la serie diga que no hay pruebas de hibridaciones entre humanos de diferentes "especies". Hay que recordar que la secuenciación del genoma neandertal por Svante Pääbo, fue posterior a esta serie.

Transcribo un fragmento del cap. I ("Los albores del pensamiento") del libro de Jesús Mosterín "El pensamiento arcaico" de su serie de Historia de la Filosofía, publicada por Alianza Editorial en 1983: "Si los homínidos prehumanos lograron sobrevivir a los múltiples peligros que les acechaban, tener éxito en la caza y sacar adelante sus crías, ello se debió no solamente a sus instrumentos materiaeos, sino a su sociabilidad. Las crías nunca estaban solas sino siempre protegidas por sus madres, que no necesitaban abandonarlas momentáneamente para ir a recolectar o cazar, pues los hombres lo hacían por ellas y les traían el alimento necesario. La permanente sexualidad de los homínidos prehumanos era un poderoso lazo que impedía que los machos viviesen por su propia cuenta, alejados de las hembras. El impulso sexual los atraía continuamente al campamento-base. Este modo de vida dio lugar más tarde a la temprana división sexual del trabajo. Las hembras permanecían en el hogar o campamento-base, con las crías, recolectando las semillas, frutos, bayas, hojas y tubérculos comestibles de los alrededores, mientras los machos realizaban expediciones de caza en busca  de sus presas ... Las crías relativamente bien alimentadas y siempre protegidas, lograban sobrevivir."

Y otro del cap. II ("El pleistoceno superior"): "Los humanes del Paleolítico Superior vivían de la recolección y de la caza. Seguramente su modo de vida no difería del de los cazadores-recolectores de nuestro siglo ... Los etnólogos que han estudiado la vida de estos pueblos han constatado una serie de uniformidades que, probablemente, también se daban entre los cazadores y recolectores prehistóricos... Normalmente, se da la división sexual del trabajo: las mujeres recolectan los frutos, tubérculos y otros alimentos   de origen vegetal, así como lagartos y otros animaluchos, mientras los hombres tratan de cazar animales más grandes".

No se puede decir que Mosterín sea un filósofo machista cuando emplea la palabra humanes para referirse a cualquier miembro de la especie humana, ni eurocéntrico cuando en su Historia de la Filosofía incluye deliberadamente el pensamiento mesopotámico, hindú o chino.

Por último, decir que las mujeres son protagonistas en el libro "Las siete hijas de Eva", en la hipótesis de la Eva Mitocondrial, así como grandes paleontólogas como Mary Leakey, descubridora de las huellas de Laetoli y estudiosa, junto a su marido, de los fósiles de homínidos de la Garganta de Olduvai, así como las tres grandes primatólogas:
Dian Fossey, de los gorilas de montaña, Jane Goodall, de los chimpancés, y Biruté Galdikas, de los orangutanes, así como numerosas primatólogas españolas.