martes, 19 de diciembre de 2017

LA CIENCIA ESPAÑOLA MARGINADA POR LOS POLÍTICOS

Un grupo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncologicas protesta hace unos días contra los próximos 60 despidos.
foto en La ciencia merece en España algo más que excusas (elpais.com)

La ciencia española se hunde, los científicos tienen que emigrar y el gobierno del PP mira para otro lado. Sin ciencia no hay futuro; sólo con-ciencia habrá futuro para los españoles, más allá del ladrillo y del turismo masivo.

5 veces en que el gobierno no dijo la verdad sobre la ciencia : este y muchos más artículos sobre el tema d ela marginación nos encontramos en https://elpais.com/elpais/ciencia.html.

La empobrecida ciencia española

Esperanzas para la ciencia en España con el ministro-astronauta


domingo, 10 de diciembre de 2017

CRONOLOGÍA DE LA BOTÁNICA ESPAÑOLA

Siglo I. El gaditano Columela, hacia el año 42, escribió De Re rustica (12 libros), al que siguió De Re arboribum. Trajo olmos italianos (Ulmus minor) a Hispania para las vides béticas.

627-630. San Isidoro de Sevilla (nacido en Cartagena) redacta sus Etimologiae, donde describe muchas plantas y los conocimientos agrícolas y médicos sobre ellas.

Siglos X-XII. Numerosos sabios andalusíes, musulmanes o judíos, escriben sobre fitoterapia o agranomía.

Siglo XVI. El médico del emperador Carlos I, el segoviano de origen judío, Andrés Laguna, tradujo del griego y comentó el Dioscórides en 1555. Otro médico y botánico muy importante fue el también cristiano nuevo (y judío en secreto) Garcia de Orta(1500-1568), nacido en el pueblecito alentejano de Castelo de Vide, junto a la frontera española, ya que su familia procedía de Valencia de Alcántara, y muerto en Goa. Escribió Colóquios dos simples e drogas he cousas medicinais da Índia e assi dalgũas frutas achadas nella onde se tratam algũas cousas tocantes a medicina, pratica, e outras cousas boas pera saber.
 En 1568, otro médico y botánico de origen judío, Cristóbal d´Acosta, plagió la obra del anterior, pero al escribirla en castellano, tuvo mayor difusión que la del portugués. La tituló: Tractado de las drogas y medicinas de las Indias orientales.
 De la edición de Burgos de 1578.

El sevillano Nicolás Monardes, que mantuvo un jardín botánico en su ciudad,  escribió Historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales. Su traducción al latín la llevó a cabo el flamenco Carolus Clusius, nacido en Arrás (hoy en el norte de Francia, en la época en Flandes). Éste realizó un viaje por Portugal entre 1564-1565, fruto del cual escribió en 1578 un libro en latín (Rariorum aliquot stirpium per Hispanias observatarum historia), donde describía muchas especies nuevas peninsulares (la primera Flora ibérica), en la que Linneo se basó en lo referente a la flora hispánica en su Species Plantarum (1753). Clusio se relacionó con lo mejor de la botánica española de la época, como Benito Arias Montano, de quien nos dice el catedrático de Botánica en la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla en los años 80, el doctor Benito Valdés, en Los jardines botánicos de Sevilla, que "mantuvo en las afueras de la ciudad, en una finca llamada Campo de Flores un jardín botánico, donde según el botánico decimonónico Colmeiro (ver más abajo) se ocuparía del estudio de las plantas y donde redactaría su Naturae Historia, en que expone una curiosa clasificación de las plantas, basada en las indicaciones de la Biblia"; este jardín fue visitado por Clusio, el cual también mantuvo una relación epistolar con Simón de Tovar, médico y astrónomo sevillano que tenía otro jardín botánico en la ciudad, en el que cultivaba numerosas plantas americanas,entre ellas el nardo, siendo él quien lo introdujo en Europa. Felipe II mandó que se mantuviera tras su muerte. Sin embargo, acabó desapareciendo. Clusio también se relacionó con los botánicos sevillanos Juan de Castañeda, médico del Hospital de los Flamencos, y con el catedrático de Cosmografía en la Casa de la Contratación de Sevilla, Rodrigo Zamorano. El primero de estos dos amigos tuvo un jardín de plantas americanas que desapareció al desbordarse el Guadalquivir en 1604. El segundo, que también tenía un jardín botánico, mantenía "por simple curiosidad" plantas que venían de América, y que después remitía a Clusio.  

En la década de 1560, Felipe II creó el primer jardín botánico español, el Jardín de la Isla, dentro de los Jardines de Aranjuez.
En 1570, el comisionado Francisco Fernández de Toledo, inicia la primera expedición científica a Nueva España (México), al ser nombrado protomédico de las Indias por Felipe II. La expedición produjo abundante material botánico, que se guardó en El Escorial, perdiéndose la mayor parte un siglo después en un incendio.

Siglo XVII. El aragonés Bernardo de Cienfuegos, tras viajar mucho por España, escribió Historia de las plantas. Este monumental tratado botánico en 7 tomos nunca fue publicado, conservándose un manuscrito en la Biblioteca Nacional de España. En su honor el botánico valenciano Cavanilles creó el género Cienfuegosia, originario de Brasil, perteneciente a las Malváceas. Su amigo, el boticario real Diego de Cortavila, muy citado en la obra de Cienfuegos, tuvo un jardín botánico en Madrid con especies autóctonas.

En 1598 nace el primero de la saga de boticarios y botánicos catalanes Salvador, cuyo herbario se conserva en el Instituto de Investigaciones Botánicas de Barcelona, creado por Font Quer.

A finales del siglo XVII ya se conocía un tercio dela Flora Española: 2.200 especies de las aproximadamente 6.000 existentes.

Siglo XVIII. El botánico y médico catalán, nacido en Perpiñan, José Quer, dirigió el Jardín Botánico de Migas Calientes en Madrid desde su creación (1755) hasta su muerte (1764). En 1781 se trasladaría al Paseo del Prado, donde se ubica actualmente. En dicho jardín, Quer, junto a otro catalán, el boticario Juan Muniart dieron inicio en 1757 a la enseñanza de la Botánica en España. Ambos pertenecieron al Ejército español: Quer era cirujano militar y Muniart farmaceútico militar, como también lo fue el botánico catalán Pio Font Quer. Otro médico y botánico catalán, Miguel Barnades, médico de cámara de Carlos III, sucedió a Quer como profesor en el real jardín Botánico hasta su muerte (1771), quien adoptó el método linneano, mientras que sus antecesores (Quer y Muniert) eran tournefourtianos (seguidores del prelinneano francés Joseph Pitton de Tournefourt). Le sucedió en la cátedra de Botánica el toledano Casimiro Gómez Ortega. Otro discípulo de Barnades fue el gaditano José Celestino Mutis, famoso por su contribución a la flora colombiana, y el médico y botánico catalán Antonio Palau, que asoció los nombres comunes en castellano a los nombres científicos de las plantas de Linneo. Junto a su discípulo, el zaragozano Jordán de Asso, contribuyó a la Flora Aragonesa. El hijo de Miguel Barnades Mainader, Miguel Barnades Claris, también médico y botánico, fue segundo profesor del Real Jardín Botánico. El catalán Pedro Abat dirigió el Botánico de Sevilla. En 1787 se inicia la real expedición a Nueva España, por parte de los médicos y botánicos Martín Sesse y Lacasta (aragonés) y José Mariano Mociño (mexicano), que se prolongaría hasta 1803. Después trabajaron en el Jardín Botánico de Madrid tratando de poner orden en todos los herbarios y materiales recogidos y en preparar una Flora mexicana. Mocinño también escribió una Flora de Guatemala, que fue publicada por el CSIC en 1996.

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Siglo XIX. A caballo entre el siglo XVIII y el XIX, econtramos al ilustre botánico valenciano Antonio José de Cavanilles.Tras doctorarse en teología y ordenarse sacerdote, se mudó a París, donde entró en contacto con el famoso Antoine-Laurent de Jussieu, perteneciente a una familia de famosos botánicos. Fue uno de los primeros botánicos españoles en utilizar la taxonomía linneana. Tras herborizar por media España, escribió una Flora Española: Icones et descriptiones plantarum quae aut sponte in Hispaniae crescunt, aut in hortis hospitantur. En 1801 sustituyó a Gómez Ortega en la dirección del Jardín Botánico de Madrid. Tras la Guerra de la Independencia, su discípulo, el médico zaragozano Mariano Lagasca, fue nombrado director de dicho Jardín. En honor de Cavanilles, Ruiz y Pavón, de la Expedición Botánica al Virreinato del Perú, nombraron al género Cavanillesia (Bombacáceas). Cavanilles, a su vez, les correspondió con el género Ruizia y Pavonia (Malváceas). Otro botánico importante entre ambos siglos fue el también valenciano Simón de Rojas Clemente. Fue director del Jardín de 1824 a 1827.

Siglo XX.

Directores sobresalientes del Real Jardín Botánico de Madrid:
1. José Quer (1755-1764). Médico catalán.
2. Miguel Barnades (1764- 1771). Médico catalán.
3. Casimiro Gómez Ortega (1771- 1801). Responsable de su mudanza al Prado. Médico y farmacéutico manchego.
4. Antonio José de Cavanilles (1801-1804). Teólogo valenciano.
5. Claudo Boutelou (1807-1814). Agrónomo y horticultor madrileño.
6. Mariano Lagasca (1814-1823 y 1834-39). Médico aragonés.
7. Simón de Rojas Clemente (1824-27). Filósofo valenciano.
8. Mariano de la Paz Graells (1837). Médico y entomólogo riojano.
9. Vicente Cutanda (1846-1851). Anatomo-fisiólogo vegetal madrileño.
11. Miguel Comeiro (1868-1901). Doctor en ciencias y en medicina gallego.
10. Santiago Castroviejo (1984-1994). Biólogo gallego.

Localización de los herbarios de los grandes botánicos españoles o extranjeros que herborizaron en España:

- De la familia Salvador: Instituto Botánico de Barcelona.
- De José Quer: Jardín Botánico de Ginebra.
- De Pehr Loefling (apóstol de Linneo en la Península Ibérica y Venezuela): paradero desconocido. 
- De Juan Muniart: quemado en un incendio.
- De Mariano Lagasca: perdido al huir de la represión absolutista.
- De Ruiz y Pavón y de Celestino Mutis: Real Jardín Botánico de Madrid, que contiene también otros herbarios americanos y filipinos.
- De Heinrich Moritz Willkomm: vendido a la Universidad de Coimbra.
- De Pedro Abat (Jardín Botánico de Sevilla del siglo XVIII): Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla.