Lars Forsberg y sus colegas de Upsala, Estocolmo, Oxford, Liverpool, Harvard y Nueva York demuestran en Science, tras analizar los hábitos y los genes de 6.014 hombres, tres cosas interesantes: que la pérdida del cromosoma Y en algunas células de la sangre del hombre maduro se asocia a un riesgo elevado de cánceres de diverso tipo (no solo de pulmón, ni solo causados por el tabaco); que fumar aumenta la tasa de pérdida de ese cromosoma viril; y que, como tal vez cabría esperar, fumar poco es mejor que fumar mucho, y dejar de fumar mejor que seguir fumando.
Cuando uno se muere de cáncer de pulmón, saber que la causa es la pérdida del cromosoma Y no será seguramente un gran consuelo. Pero el estudio de Upsala parece resolver unas cuantas paradojas de la oncología. Por ejemplo, que fumar supone un mayor riesgo para los hombres que para las mujeres: como ellas no tienen cromosoma Y, tampoco pueden adquirir cáncer por perderlo.
Fuente: elpais.com
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