TRAGEDY OF THE COMMONS
La tragedia de los comunes es una "parábola" que apareció por primera vez en un folleto de una conferencia del matemático y economista inglés William Forster Lloyd en 1833, con un claro enfoque malthusiano (Malthus publicó su Ensayo sobre el Principio de la Población en 1798) y consistía en lo siguiente:
En un prado comunal, un pastor decide introducir una oveja más, pensando que una más le va a dar beneficio sin que su efecto negativo se note en el pasto. Y efectivamente, no se nota. Por tanto, otros pastores, siguen su ejemplo, y poco a poco, cada pastor mete una oveja más. Al cabo del tiempo, el exceso de ovejas acaba con el pasto y con los recursos de todos los pastores.
Esta parábola fue retomada por el ecólogo neomalthusiano estadounidense Garret Hardin
con la intención de mostrar los excesos de la población. Sin embargo, su artículo de 1968 en Science sobre la Tragedia de los Comunes ha sido fuertemente criticado así como tiene diferentes interpretaciones. Se puede considerar como:
a) Un aviso sobre los peligros de la superpoblación humana.
b) Una llamada a la responsabilidad ambiental individual.
c) Una apuesta por la sostenibilidad ambiental.
d) Un artículo justificador del capitalismo y de las grandes propiedades en manos de uno o pocos propietarios y en contra de la propiedad comunal. Un alegato a favor de la privatización o de la estatización de recursos comunes.
Gardin, siempre teniendo por bandera el control de la población como modo de defender el medio ambiente, se ganó la enemistad de los conservadores por su apoyo al aborto y al suicidio asistido (incluido el suyo a los 88 años) y la antipatía de los progresistas por su apuesta por políticas eugenésicas y el control de la inmigración no blanca así como el cese de la ayuda a países tercermundistas.
Posteriormente, Hardin, ante el aluvión de críticas que le acusaban de desconocer cómo están regulados los bienes comunes, aclaró que él se refería a Comunes Desregulados, bienes públicos sin un control.
La economista y politóloga estadounidense Elinor Ostrom
Premio Nobel de Economía compartido en 2009, publicó un libro en 1990, fundamental en su nominación al Nobel: "Gobernando los comunes: evolución de las instituciones por la acción colectiva" donde refuta las conclusiones de Hardin. El libro incluye ejemplos, entre otros, de España.
Sobre la ayuda mutua y el uso de tierras comunales, es muy ilustrativo la carta que un ex-alcalde sel sur de Francia remitió a Kropotkin y que éste reproduce en su famoso libro "El apoyo mutuo":
"En algunas comunas, próximas a las nuestras -escribe mi amigo- se mantiene en pleno
vigor la vieja costumbre de l'emprount. Cuando en la
granja se necesitan muchas manos para el cumplimiento rápido de cierto trabajo -
recoger papas o segar un prado- se convoca a los jóvenes
de la vecindad; reúnense mozos y muchachas y realizan el trabajo animada y
gratuitamente, y por la tarde, después de una cena alegre, los
jóvenes organizan bailes.
"En las mismas aldeas, cuando una moza se va a casar, las vecinas de la aldehuela se
reúnen en su casa para coser su ajuar. En algunas
aldeas las mujeres, aún ahora, hilan con bastante celo. Cuando le llega la época a
determinada familia de devanar el hilo, se realiza este
trabajo en una tarde, con la ayuda de los vecinos invitados. En muchas comunas de
Ariége, y en otros lugares del Suroeste de Francia, el
desgranamiento del maíz también se efectúa con la ayuda de todos los vecinos. Se les
agasaja con castañas y vino, y los jóvenes danzan
después de terminado el trabajo. La misma costumbre se practica al elaborarse el aceite
de nueces y al recoger el cáñamo. En la comuna L.,
la misma costumbre se observa cuando se transporta el trigo. Estos días de trabajo
pesado se convierten en fiestas, puesto que el dueño
considera un honor agasajar a los voluntarios con una buena comida. No se fija pago
alguno: todos se ayudan mutuamente.
"En la comuna C., la superficie de las dehesas comunales se aumenta cada año, de modo
que actualmente casi toda la tierra de la comuna ha
pasado a ser de uso común. Los pastores son elegidos por los dueños del ganado,
incluyendo también las mujeres. Los toros son comunales.
"En la comuna M., los pequeños rebaños de 40 a 50 cabezas que pertenecen a los
comuneros, se reúnen en uno y luego se dividen en tires o
cuatro rebaños antes de enviarlos a los prados de la montaña. Cada dueño permanece
durante una semana junto al rebaño, en calidad de
pastor.
"En la aldea C., algunos jefes de familia compraron en común una trilladora, todas las
familias, en común, proveen los hombres que son
necesarios, quince o veinte, para atender la máquina. Otras tres trilladoras compradas
por los jefes de familia de la misma aldea son ofrecidas
en alquiler por ellos, pero el trabajo en este caso es realizado por ayudantes forasteros, invitados del modo habitual.
"En nuestra comuna R., era necesario levantar un muro alrededor del cementerio. La
mitad de la suma requerida para la compra de la cal y
para el pago de los obreros hábiles fue dada por él consejo del distrito, y la otra mitad
fue reunida por suscripción. En cuanto al trabajo de
suministrar arena y agua, mezclar la argamasa y ayudar a los albañiles, todo fue
realizado por voluntarios (lo mismo que sé hace en la djemâa
kabileña). Los caminos de la aldea son limpiados también por medio del trabajo
voluntario de los comuneros. Otras comunas construyeron de
tal modo sus fuentes. La prensa para extraer el jugo de la uva y otras pequeñas
instalaciones a menudo son de propiedad comunal."
Dos habitantes de la misma localidad, interrogados por mi amigo, agregaron lo
siguiente:
"En O., hace algunos años no existía molino. La comuna construyó un molino
imponiendo una contribución a los comuneros. En cuanto al
molinero, para evitar que incurriera en cualquier clase de engaños y de parcialidad, se "En Saint G., muy pocos campesinos se aseguran contra incendio. Cuando se produce
un incendio -como sucedió recientemente- todos
entregan algo a la familia damnificada: una caldera, una sábana, una silla, etc., y de tal
modo el modesto hogar es reconstituido. Todos los
vecinos ayudan al perjudicado por el incendio a reconstruir su casa, y la familia,
mientras tanto, se aloja gratuitamente en casa de los vecinos."
Semejantes hábitos de ayuda mutua, y se podrían citar un sinnúmero de ellas."
El blog pretende ser un punto de encuentro para interesados de Ciencias de la Naturaleza que quieran profundizar en las raíces filosóficas e históricas de las ciencias naturales, así como diferentes aspectos de filosofía, ciencia, metapolítica o geopolítica. "Vère scire est per causas scire" (Bacon)
jueves, 30 de julio de 2015
lunes, 27 de julio de 2015
UN NATURALISTA LLAMADO HENRY W. BATES EN EL RÍO AMAZONAS
En 1863 apareció el libro de Henry Walter Bates sobre su expedición al Amazonas, acompañando a Alfred Russel Wallace, coautor de la teoría de la evolución.
El libro en cuestión tenía el título "El naturalista en el río Amazonas" y el subtítulo "Un registro de las aventuras, hábitos de los animales, esbozo de la vida brasileña e india, y aspectos de la naturaleza ecuatorial, en un viaje de once años". Según Darwin el mejor libro de viajes de historia natural jamás escrito en Inglaterra. En 1864 apareció una versión abreviada, eliminando numerosos pasajes de historia natural.
Wallace y Bates, ambos en la veintena, se inspiraron para su viaje en el libro de 1847 del entomólogo americano William Henry Edwards, "Un viaje subiendo el río Amazonas".
Cap. I. Pará. Llegada a Belem y descripción del país, llamado la atención para la mezcla de riquezas naturales y pobreza humana, aunque destaca la belleza de las mujeres y el buen estado de la capital, en comparación con otras ciudades brasileñas.
Cap. II. La selva pantanosa. Bates se alojó en una casa en la selva donde de día recogía especímenes y de noche los preparaba y escribía notas sobre ellos. Le llaman la atención las raíces-contrafuerte de algunos árboles, como las ceibas.
Cap. III. Fiestas religiosas. Serpientes, titís e insectos. Presenció procesiones católicas como el Cirio de Nuestra Señora de Nazaré (la mayor romería de Brasil, que actualmente congrega dos millones de personas).
Describe el lagarto ápodo Amphisbaena y las hermosas mariposas Morpho.
así como monstruosas arañas peludas, de las más grandes del mundo:
Cap. IV. Tocantins y Cametá. Bates y Wallace ascendieron por el río Tocantins (pico de tucán, en lengua tupí), que hoy le da nombre al Estado de Tocantins, segregado del de Goiás, con provisiones para tres meses.
Le llamó la atención los hermosos guacamayos azules y los botos (delfines de agua dulce)
Visitó la ciudad de Cametá, hoy con 120.000 habitantes:
Cap. V. Caripí y Bahía de Marajó.
Se alojó en una vieja mansión, en la costa, donde salía a cazar insectos, alpacas y agutíes.
Cap. VI. EL Bajo Amazonas. De Belem a Óbidos (Pará).
En aquella época una agradable ciudad de 1.200 habitantes,rodeada por plantaciones de cacao. Hoy el municipio tiene 50.000.
Describe a quí a los peces gato acorazados Loricaria
y a la gran mariposa Morpho hecuba que puede alcanzar hasta 20 cm:
Cap. VII. El Bajo Amazonas. De Óbidos a Manaos, o la Barra del Río Negro.
En este tramo vió los monos aulladores:
y las grandes hojas de la ninfácea Victoria regia:
Al final de este tramo se volvió a encontrar con Wallace, pero cogió la fiebre amarilla,enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti:
el mismo que transmite las también virales dengue y chikungunya.
Actualmente estas enfermedades también se pueden transmitir en Brasil por el introducido mosquito tigre, procedente del SE asiático, Aedes albopictus:
Cap. VIII. Santarem (Pará).
Aquí se une el tapajós con el Amazonas.
Cap. IX. Ascenso del Tapajós. Aquí comienza a tener contacto con las rayas, pirañas y anacondas. Aquí se comió un mono-araña:
A 850 km de la desembocadura aun se notan las mareas, debido a la horizontalidad del terreno.
Cap. X. El Alto Amazonas. Viaje a Ega (hoy ciudad de Tefé). Navega por el Solimões(para los no brasileños, sigue siendo el Amazonas), que debido a que atraviesa terrenos arcillosos, no se mezcla en su confluencia con el Río Negro:
Cazaron y comieron un manatí:
Los autóctonos comen habitualmente tortugas.
Cap. XI. Excursiones por las inmediaciones de Egas. Aquí encontró munerosas huellas de jaguar u onça :
Cap. XII. Animales en las inmediaciones de Egas. Aquí describe el cacajao calvo:
y el extraño Kinkajou, un prociónido, como los coatíes.
Cap. XIII. Excursiones más allá de Ega. Aquí quedó entusiasmado con el descubrimiento de la mayorCallicore: C. excelsior:
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